jueves, 30 de junio de 2016

La prostitución como supuesto servicio imprescindible para los ancianos


Carta de una puta a un putero, Hegele Recíen (Las Desclasadas)



Así como defiendes el «derecho» de los hombres a obtener placer sexual, ¿también estás dispuesto a defender el mismo derecho para las ancianas y las mujeres solas y viudas? ¿Tu defensa de ese supuesto derecho se limita a defenderlo con palabras o lo llevas también a la práctica y te haces puto para satisfacer a esos hombres y mujeres?Porque si tanto te apena la «soledad sexual» no dudarás en ayudar a esas personas con sexo oral, ¿no? Y si es un trabajo como cualquier otro, cuando necesites dinero «rápido y fácil» serás el primero en buscar trabajo en un puticlub, ¿verdad?

Lo que defiendas para un sexo defiéndelo también para el otro, y lo que quieres implantar como trabajo, deséalo también como TU trabajo. Si es tan normal ser puta y querer una felación en la ancianidad, igual de normal será «trabajar» como puto y que una anciana quiera un cunnilingus. Deduzco entonces que también será para ti algo normal (y que no dudarías en hacer y fomentar entre los demás hombres) el satisfacer a las mujeres octogenarias deseosas de que tu lengua acaricie sus clítoris. Con ancianas no me refiero sólo a tu vecina, sino también a tu abuela, pues, según dices, los «trabajos sexuales» son lo mismo que los trabajos domésticos y de cuidados, luego acompañar a alguien, tomarle de las manos, escucharle hablar, servirle la comida, etc., son lo mismo que una relación sexual. Por lo tanto, así como conversas con ella, la abrazas y le haces la comida, o sea, así como realizas el trabajo de los cuidados, no tendrás ningún inconveniente en realizar el «trabajo sexual», porque también el placer sexual es, para ti, una necesidad básica. Y tú nunca «demonizarías la prostitución desde la moral», porque no eres «puritano» ni estás alienado por la «moral judeocristiana».