En la pornografía las mujeres son objetos sexuales para el deleite de los hombres, seres deshumanizados sin valor, cuerpos sobre los que se realizan todo tipo de humillaciones. La pornografía naturaliza delitos y desensibiliza a los hombres, que terminan viendo excitante que tres dinosaurios se "follen" a una "rubia" o que cinco hombres adultos impongan un gangbang a dos adolescentes.