En la canción “No me acuerdo”, Thalía y Natti Natasha dicen que: “Y no sé
qué pasó conmigo después. Creo que de tragos me pasé”. Entre risas y un tono
jocoso, dicen al hombre con el que mantienen una relación: “que te monté los
cuernos de eso no me acuerdo”. Viendo, además, el videoclip,
parece claro que sí, que es cierto que eso ha sucedido, es decir, que, a pesar
de estar Thalía y Natti Natasha borrachas, un hombre se acostó con ellas.
Una violación invisibilizada, tal y como lo está todavía en
la sociedad (“No fue violación porque la mujer no opuso resistencia cuando el
hombre la encontró borracha y la llevó a un baño para tener sexo”), no puede
ser el tema de una canción que pretende ser divertida e incluso empoderante
para las mujeres. Se está ocultando que una mujer ebria no puede consentir una
relación sexual.
Aplaudimos frases como: “Tú no tienes nada que decir, cara
dura. Dijiste a las diez y llegaste a la una” o “Yo también tengo derecho a
pasarla bien”. Incluso es feminista el mensaje que ambas cantantes (imaginamos)
quieren transmitir: el de una mujer libre que hace lo que quiere y que, con
pillería, niega no haber sido la santa que el patriarcado nos exige ser. Pero no
han sabido plasmar ese mensaje, sino todo lo contrario, han hecho de una
canción que podría ser un tema feminista, una ocultación de un delito machista.
Nos plantemos entonces dos cosas:
1) ¿Abandonar el rol de santa tiene que pasar necesariamente
por hacer lo que los hombres (nos) hacen, en este caso, no respetar una
relación monógama que se ha pactado anteriormente? Existen más tipos de
relaciones que podemos establecer con las personas para que ninguna sea
dañada o engañada y para que todas/os puedan decidir qué quieren y con quién.
Seguir viendo como divertido y símbolo de poder el mentir y no respetar las
relaciones que mantenemos con otros y otras, impide alcanzar una sociedad
madura y respetuosa. El engañar a una mujer y presumir de ello ha sido siempre un
acto machista con el que los hombres reforzaban su masculinidad. Ahora, muchas
mujeres creen que imitar a los hombres y adoptar sus actitudes e ideas es la
manera de liberarse de la opresión, puesto que, según ellas piensan, si ellos
han tenido siempre el poder y han sido aceptados, ese poder y libertad deben de
proceder de esas actitudes e ideas, y no de un sistema que se los entrega a los
hombre desde el momento en el que nacen.
2) Cuando un hombre, por ejemplo, Bad Bunny o Maluma, quieren
dar una imagen de “malotes”, hablan de que han sido infieles, de que son
infieles, etc. Como hemos dicho, tratar a las mujeres como objetos sexuales
refuerza la masculinidad machista. Sin embargo, cuando una mujer quiere hacer
lo mismo, también sale perdiendo, a juzgar por esta canción, porque incluso en
ese caso, el hombre con el que “pusieron los cuernos” las violó, ya que estando
ebrias ninguna mujer (ni hombre) puede decidir si quiere tener sexo.
Tenemos tan interiorizado el machismo que
no somos capaces de reconocer los falsos caminos que tomamos creyéndolos sinónimo
de libertad, poder y autonomía. Esta canción lo muestra claramente. Pretende
decir: “Quiero ser libre y que el hombre con el que mantengo una relación no me
recrimine que salga, pues yo tengo derecho a pasarlo bien. Y, como soy libre, voy a salir y a emborracharme”.
Pero lo que dice es: "Quiero ser libre y que el hombre con el que mantengo una relación no me recrimine que salga, pues yo tengo derecho a pasarlo bien. Y, como soy libre, voy a salir y a emborracharme. Vaya, al final le he sido infiel, bueno, se lo negaré jijiji”.
Y la realidad es: “Quiero ser libre y que el hombre con el que mantengo una relación no me recrimine que salga, pues yo tengo derecho a pasarlo bien. Y, como soy libre, voy a salir y a emborracharme. Pero un hombre que conocí, aprovechándose de mi borrachera, me violó”.