lunes, 28 de mayo de 2018

Amarna Miller y la pornografía sobre violaciones



Está tan naturalizada la violencia contra las mujeres que a algunas personas les parece normal pensar y decir que grabar una película porno fingiendo una violación no tiene nada de malo. En el patriarcado, las agresiones se romantizan en el amor romántico y se erotizan en la pornografía. Teniendo en cuenta que cada día son asesinadas y violadas miles de mujeres en todo el mundo, ¿es tan difícil entender que debemos cambiar aquello que influye a los hombres y los lleva a asesinar y a violar, como, por ejemplo, la pornografía, que refuerza el mensaje de que las mujeres somos cuerpos violables a disposición de ellos? No podemos desentendernos de los problemas que nos afectan como sociedad alegando que lo que se interprete de nuestros actos no es nuestra responsabilidad, sino la de quien los interpreta.

Los niños y los adolescentes van a ver esa pornografía en la que las mujeres aparecen como objetos basurizados a los que manejar como a cualquier hombre se le antoje. Su sexualidad se animaliza y pervierte de tal modo que, después, creen que es completamente normal excitarse ante escenas violentas contra las mujeres o imponer a sus compañeras prácticas que no quieren realizar.

Cuando un hombre tiene fantasías con una violación o defiende la pornografía en la que las mujeres aparecen siendo violadas, es machista; cuando lo hace una mujer, es feminista prosex.




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