jueves, 13 de diciembre de 2018

Thelma y Louise no viajan con Pedroche, La Tuerka


Recordamos el debate “Thelma y Louise no viajan con Pedroche”, en La Tuerka, con Laura Casielles, Virginia Yagüe, Sol Sánchez y Yolanda Domínguez, sobre el vestido de Cristina Pedroche como foco de atención de Nochevieja. Podéis verlo aquí.

 




Laura Casielles: “Seguimos siendo seres relacionales. La ropa puede cambiar su significado pero el marco no”.

Virginia Yagüe: “Hay una objetivización de la mujer”.

Yolanda Domínguez: “No ha evolucionado la imagen de la mujer. Se siguen repitiendo los cánones que sentaron los pintores que representaban a las mujeres como cuerpos, aquellas Venus desparramadas. Seguimos siendo cuerpos limitados. Los únicos cuerpos que aparecen en los medios son blancas, jóvenes y delgadas. Los demás cuerpos no aparecen; las dimensiones que se identifican con una mujer: profesional, deportista, creativa, emprendedora, no aparecen”.

Laura Casielles: “Los patrones son los mismos. Los cánones marcan lo que debe ser: joven, guapa, blanca, delgada. También el abanico de modos de vida en el que te puedes mover, y lo que no se puede ser, como vieja, débil, gorda o viva y contradictoria”.

Virginia Yagüe: “No podemos ser ingenuas a la hora de evaluarlo. Detrás hay unas estructuras muy asentadas que están operando y construyendo relatos que generan referencias. Las mujeres se representan como detonantes de toda la catástrofe masculina o son perfectas y se desligan de la realidad”.

Yolanda Domínguez: “Lo que estamos exponiendo viene del imaginario del arte, que sentaron las bases de lo que es hoy la mujer. Ellos son la parte activa y creadora. Las mujeres no somos libres para hacer lo que nos dé la gana. Hay un guión, si cumples el canon apareces; si no, no. No hay que poner el foco en la persona. Ella no decide aunque diga que sí, hay que poner el foco en la cadena. Todas las personas somos responsables, hasta el espectador que decide poner esa cadena. Pero hay grados de responsabilidad. La cadena, los medios, tiene que empezar a asumir su responsabilidad social”.

Sol Sánchez: “Hay más detalles que el vestido, por ejemplo los planos, que no mostraban a la persona completa en ningún momento, sino fragmentada. A mí me resultó aterrador el envoltorio, que convierte más al sujeto en envoltorio. La capa realmente le daba dramatismo y profundidad, más preocupantes que el vestido en sí”.

Laura Casielles: “Quien tiene libertad es la cadena que decide qué va a mostrar en uno de los momentos de más audiencia del año y, por tanto, de qué se va a hablar al día siguiente. Y como es algo que se repite año tras año, ya se sabe que al día siguiente se va a hablar del cuerpo de la mujer y de qué se pone sobre ese cuerpo. En esa medida sí se está cosificando y objetivizando, porque es parte de una trama ajena, de una construcción ajena, de la que sí puede decidir formar parte. Una es libre pero dentro de la pregunta: ¿quieres que se hable d tu cuerpo y de la ropa que te pones y te quitas?”.

Yolanda Domínguez: “No es empoderante porque es repetir el mismo discurso: que las mujeres solo somos un cuerpo. Lo empoderante sería construir nuestra identidad en base a otros factores diferentes, porque el cuerpo no va a estar toda la vida así, y eso genera presión, el que toda tu seguridad en ti misma sea por tu aspecto físico es insostenible. Lo empoderante sería construir nuestra seguridad; debería construirse en base a otros aspectos más duraderos”.

Sol Sánchez: “Mientras no se rompan los esquemas difícilmente te vas a empoderar dentro de un guión que no se ha escrito ni por ti ni para ti, ni nosotras ni desde nosotras. Cualquier aceptación de los cánones de una sociedad patriarcal es muy difícil. Hay que hacer rupturas con cada uno de los aspectos en los que se nos mete, de algo preformado y que ignora la naturaleza de las mujeres”.

Laura Casielles: “Lo que realmente empodera es preguntarse y compartir la contradicción, es poder mostrar cómo interactuar con esas exigencias y cómo nos sentimos frente a esa supuesta libertad y esos cánones. Cuando intentamos expresarlo estamos rompiendo con esos modelos de `o eres perfecta o eres el error absoluto´. Poder mostrar la vulnerabilidad, la debilidad, la contradicción o el no saber, es lo más empoderante y lo más difícil”.

Virginia Yagüe: [Sobre las campanadas de Pedroche] “Esto no es empoderador, responde a todo ese articulado que venía dado. Esta es la hermenéutica de la sospecha. ¿Cuándo esto no será un hecho insólito? ¿Cuándo una mujer podrá salir de esta forma? Cuando un hombre pueda salir representado también de esta forma en un universo variado, plural, justificado y equilibrado, entonces estaremos en otro sistema”.

Virginia Yagüe: “Hay una profunda confusión en la esencia, Madona lanza un discurso feminista y luego se considera atacada por un determinado grupo que considera feminista”.

Laura Casielles: “No hay nada más desactivador de un pensamiento que convertirlo en algo políticamente correcto. Y es uno de los problemas de las reflexiones feministas: que se conviertan en algo que hay que decir y que cualquiera podría decir. Y eso es algo que capitalismo e ideologías conservadoras hacen, fagocitan todo, lo meten todo dentro y lo anulan. Esto es lo que me da miedo de un discurso que se dice feminista pero en el que hay una paradoja entre fondo y forma: dices una cosa que la imagen y tu estar en el mundo y el modo en que articulas tu acción esta contradiciendo. El feminismo no es un conjunto de palabras que si dices ya eres feminista, sino que es hacer una reflexión acerca de cómo en las situaciones en las que te halles y tengas que decidir, te puedes empoderar más y también, si se está queriendo tener una actitud feminista, es pensar en las demás, de qué modo tu discurso y acción repercuten en las otras mujeres, si estás diciendo lo que sea, pero generando unos imaginarios y unos modos de acción que van a hacer daño a las demás porque, además, no les estás diciendo: `Estoy en duda, en contradicción´, sino `Tengo unas certezas claras y, si tú no las tienes, serás débil´.

Yolanda Domínguez: “Es importante hablar de la libertad personal y de la libertad del colectivo. Estoy agradecida de que se habla de feminismo en los medios, pero se corre el riesgo de que se distorsione la palabra y se use para todo. Últimamente me encuentro que se utiliza para decir: `Soy feminista porque hago lo que me da la gana´. No, espera, vamos a recuperar la esencia de lo que es el feminismo. Yo quiero recuperar el concepto del colectivo: yo soy libre de generar la imagen que me dé la gana, ¿pero estoy aportando libertad a las demás personas a la hora de generar esta imagen? Tenemos que desplazar la libertad individual a la del colectivo”.

Virginia Yagüe: “¿Cómo se configura el concepto de libertad a la hora de articular el propio discurso? No partimos de una base de libertad, todo responde a una construcción determinada, la cual es muy clara y está muy orientada. Este recurso tan oído de  Soy libre y tomo esta decisión´, pero vamos a analizar tu contexto de libertad. ¿Tienes claros los objetivos feministas? Hay unas líneas muy claras donde tú entras en una contradicción directa. El problema es que alrededor se ha construido un escenario dialéctico o de justificación para decir que tú eres libre, que te empodera y que te coloca en la zona feminista de decisión. Ahí está la completa confusión”.









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