Recordamos el
debate “Thelma
y Louise no viajan con Pedroche”, en La Tuerka, con Laura Casielles, Virginia
Yagüe, Sol Sánchez y Yolanda Domínguez, sobre el vestido de Cristina Pedroche
como foco de atención de Nochevieja. Podéis verlo aquí.
Laura Casielles: “Seguimos siendo seres
relacionales. La ropa puede cambiar su significado pero el marco no”.
Virginia Yagüe: “Hay una objetivización de la
mujer”.
Yolanda Domínguez: “No ha evolucionado la
imagen de la mujer. Se siguen repitiendo los cánones que sentaron los pintores que
representaban a las mujeres como cuerpos, aquellas Venus desparramadas. Seguimos
siendo cuerpos limitados. Los únicos cuerpos que aparecen en los medios son blancas,
jóvenes y delgadas. Los demás cuerpos no aparecen; las dimensiones que se
identifican con una mujer: profesional, deportista, creativa, emprendedora, no
aparecen”.
Laura Casielles: “Los patrones son los
mismos. Los cánones marcan lo que debe ser: joven, guapa, blanca, delgada.
También el abanico de modos de vida en el que te puedes mover, y lo que no se
puede ser, como vieja, débil, gorda o viva y contradictoria”.
Virginia Yagüe: “No podemos ser ingenuas a la
hora de evaluarlo. Detrás hay unas estructuras muy asentadas que están operando
y construyendo relatos que generan referencias. Las mujeres se representan como
detonantes de toda la catástrofe masculina o son perfectas y se desligan de la
realidad”.
Yolanda Domínguez: “Lo que estamos exponiendo
viene del imaginario del arte, que sentaron las bases de lo que es hoy la mujer.
Ellos son la parte activa y creadora. Las mujeres no somos libres para hacer lo
que nos dé la gana. Hay un guión, si cumples el canon apareces; si no, no. No
hay que poner el foco en la persona. Ella no decide aunque diga que sí, hay que
poner el foco en la cadena. Todas las personas somos responsables, hasta el espectador
que decide poner esa cadena. Pero hay grados de responsabilidad. La cadena, los
medios, tiene que empezar a asumir su responsabilidad social”.
Sol Sánchez: “Hay más detalles que el
vestido, por ejemplo los planos, que no mostraban a la persona completa en ningún
momento, sino fragmentada. A mí me resultó aterrador el envoltorio, que
convierte más al sujeto en envoltorio. La capa realmente le daba dramatismo y
profundidad, más preocupantes que el vestido en sí”.
Laura Casielles: “Quien tiene libertad es la
cadena que decide qué va a mostrar en uno de los momentos de más audiencia del
año y, por tanto, de qué se va a hablar al día siguiente. Y como es algo que se
repite año tras año, ya se sabe que al día siguiente se va a hablar del cuerpo
de la mujer y de qué se pone sobre ese cuerpo. En esa medida sí se está
cosificando y objetivizando, porque es parte de una trama ajena, de una
construcción ajena, de la que sí puede decidir formar parte. Una es libre pero
dentro de la pregunta: ¿quieres que se hable d tu cuerpo y de la ropa que te
pones y te quitas?”.
Yolanda Domínguez: “No es empoderante porque
es repetir el mismo discurso: que las mujeres solo somos un cuerpo. Lo
empoderante sería construir nuestra identidad en base a otros factores diferentes,
porque el cuerpo no va a estar toda la vida así, y eso genera presión, el que
toda tu seguridad en ti misma sea por tu aspecto físico es insostenible. Lo
empoderante sería construir nuestra seguridad; debería construirse en base a
otros aspectos más duraderos”.
Sol Sánchez: “Mientras no se rompan los esquemas
difícilmente te vas a empoderar dentro de un guión que no se ha escrito ni por
ti ni para ti, ni nosotras ni desde nosotras. Cualquier aceptación de los
cánones de una sociedad patriarcal es muy difícil. Hay que hacer rupturas con
cada uno de los aspectos en los que se nos mete, de algo preformado y que ignora
la naturaleza de las mujeres”.
Laura Casielles: “Lo que realmente empodera
es preguntarse y compartir la contradicción, es poder mostrar cómo interactuar
con esas exigencias y cómo nos sentimos frente a esa supuesta libertad y esos
cánones. Cuando intentamos expresarlo estamos rompiendo con esos modelos de `o
eres perfecta o eres el error absoluto´. Poder mostrar la vulnerabilidad, la
debilidad, la contradicción o el no saber, es lo más empoderante y lo más
difícil”.
Virginia Yagüe: [Sobre las campanadas de
Pedroche] “Esto no es empoderador, responde a todo ese articulado que venía
dado. Esta es la hermenéutica de la sospecha. ¿Cuándo esto no será un hecho
insólito? ¿Cuándo una mujer podrá salir de esta forma? Cuando un hombre pueda salir
representado también de esta forma en un universo variado, plural, justificado
y equilibrado, entonces estaremos en otro sistema”.
Virginia Yagüe: “Hay una profunda confusión
en la esencia, Madona lanza un discurso feminista y luego se considera atacada
por un determinado grupo que considera feminista”.
Laura Casielles: “No hay nada más
desactivador de un pensamiento que convertirlo en algo políticamente correcto.
Y es uno de los problemas de las reflexiones feministas: que se conviertan en
algo que hay que decir y que cualquiera podría decir. Y eso es algo que capitalismo
e ideologías conservadoras hacen, fagocitan todo, lo meten todo dentro y lo
anulan. Esto es lo que me da miedo de un discurso que se dice feminista pero en
el que hay una paradoja entre fondo y forma: dices una cosa que la imagen y tu
estar en el mundo y el modo en que articulas tu acción esta contradiciendo. El
feminismo no es un conjunto de palabras que si dices ya eres feminista, sino que
es hacer una reflexión acerca de cómo en las situaciones en las que te halles y
tengas que decidir, te puedes empoderar más y también, si se está queriendo
tener una actitud feminista, es pensar en las demás, de qué modo tu discurso y
acción repercuten en las otras mujeres, si estás diciendo lo que sea, pero
generando unos imaginarios y unos modos de acción que van a hacer daño a las
demás porque, además, no les estás diciendo: `Estoy en duda, en contradicción´,
sino `Tengo unas certezas claras y, si tú no las tienes, serás débil´.
Yolanda Domínguez: “Es importante hablar de
la libertad personal y de la libertad del colectivo. Estoy agradecida de que se
habla de feminismo en los medios, pero se corre el riesgo de que se distorsione
la palabra y se use para todo. Últimamente me encuentro que se utiliza para
decir: `Soy feminista porque hago lo que me da la gana´. No, espera, vamos a
recuperar la esencia de lo que es el feminismo. Yo quiero recuperar el concepto
del colectivo: yo soy libre de generar la imagen que me dé la gana, ¿pero estoy
aportando libertad a las demás personas a la hora de generar esta imagen?
Tenemos que desplazar la libertad individual a la del colectivo”.
Virginia Yagüe: “¿Cómo se configura el
concepto de libertad a la hora de articular el propio discurso? No partimos de
una base de libertad, todo responde a una construcción determinada, la cual es
muy clara y está muy orientada. Este recurso tan oído de Soy libre y tomo esta decisión´, pero vamos a
analizar tu contexto de libertad. ¿Tienes claros los objetivos feministas? Hay
unas líneas muy claras donde tú entras en una contradicción directa. El
problema es que alrededor se ha construido un escenario dialéctico o de
justificación para decir que tú eres libre, que te empodera y que te coloca en
la zona feminista de decisión. Ahí está la completa confusión”.
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